Imágenes de edificios colapsados en el sur de Turquía. Foto: RR. SS.
* Los equipos de rescate tratan de localizar a las personas atrapadas bajo los escombros de los numerosos edificios que se han venido abajo y el Gobierno turco ha emitido una alarma internacional pidiendo ayuda
ANDRÉS MOURENZA/elpais.com
Estambul – 05 feb 2023.- Un terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter ha sacudido esta madrugada las provincias del sureste de Turquía y el norte de Siria, según ha informado el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). La Presidencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) de Turquía afirmó que hay al menos 76 muertos y 440 desaparecidos en siete de las diez provincias afectadas, aunque se cree que la cifra seguirá aumentando en las próximas horas. En Siria, se han notificado más de 100 muertos y 200 heridos en zonas del norte y oeste controladas por el Gobierno, y decenas de fallecidos en las áreas del norte bajo control rebelde. Las imágenes muestran numerosos edificios colapsados, incluidos algunos de más de ocho plantas. El movimiento se ha sentido con fuerza en 14 países, entre los que están Líbano, Israel, Chipre y Jordania.
“Nuestra prioridad es sacar a las personas atrapadas bajo los edificios derrumbados y trasladarlas a los hospitales”, ha dicho el ministro del Interior, Suleyman Soylu, que ha anunciado la declaración del nivel más alto de alarma. También se ha emitido una petición de ayuda internacional y se ha puesto en estado de alerta a las Fuerzas Armadas en la zona para participar en lo que sea necesario. “Estamos recibiendo notificaciones de muchos lugares, nuestros equipos de salvamento han sido enviados a la zona, se están preparando y enviando aviones de carga”, añadió el ministro.
AFAD, encargada de coordinar las operaciones de búsqueda y la ayuda a los damnificados, ha reconocido que hay “un gran número de edificios dañados”. “Pedimos a la población que, especialmente en las próximas horas, no entre a los edificios afectados”, dijo Orhan Tatar, representante de AFAD.
Numerosas viviendas se han convertido en montones de escombros sobre las que los equipos de emergencia y los propios vecinos trabajan retirando cascotes. En localidades como Malatya, las labores se llevan a cabo en condiciones meteorológicas muy difíciles, con la ciudad cubierta de nieve. En el centro de coordinación de AFAD, e incluso en las redes sociales, se reciben continuamente llamadas mediante las que personas atrapadas piden ayuda de forma desesperada. Por ello, las autoridades turcas han pedido reducir el uso del teléfono y de internet en la zona para los casos de emergencia y, según la cadena Habertürk, se baraja poner en marcha sistemas de internet por satélite como Starlink para dar cobertura a la zona. También se ha pedido no usar vehículos excepto en casos de extrema necesidad porque, en las primeras horas tras el seísmo, muchos se echaron a la carretera tratando de alejarse de las zonas de edificios con lo que bloquearon las vías por las que había de llegar la ayuda.
El epicentro del seísmo, que duró unos 30 segundos en torno a las 4.17, hora local, fue la provincia de Kahramanmaras, unos 600 kilómetros al sureste de la capital, Ankara, en la zona donde la placa tectónica de Anatolia hace contacto con la placa arábiga. Se produjo a una profundidad de siete kilómetros, y, según el Observatorio Kandilli de la Universidad del Bósforo (Estambul), fue de 7,4 grados y el de mayor violencia desde el terremoto que, en 1999, sacudió la costa del mar de Mármara y Estambul matando a 17.000 personas. Tras el primer movimiento telúrico, se han producido más de 50 réplicas, algunas de hasta 6,6 grados, y el Observatorio Kandilli advierte de que pueden prolongarse incluso durante un año.
El gobernador de Osmaniye, Erdinç Yilmaz, ha confirmado ya al menos cinco personas muertas en su provincia y 65 edificios destruidos. El de la provincia de Sanliurfa, Salih Ayhan, ha reportado 15 fallecidos y 30 heridos en 16 edificios caídos. En Adana, al menos tres edificios se han venido abajo, incluido uno de 17 plantas. En Malatya, las autoridades provinciales, han notificado 140 edificios destruidos, más de cien heridos y al menos 40 muertos. En la provincia de Hatay, un gasoducto ha estallado provocando un incendio.
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, ha transmitido sus “mejores deseos” a todos los ciudadanos que se han “visto afectados por el terremoto y que se ha sentido en muchas partes” del país. “También coordinamos las obras iniciadas después del terremoto. Esperamos superar este desastre juntos lo antes posible y con el menor daño posible, y continuamos con nuestro trabajo”, ha indicado en su perfil de Twitter.
Mientras, en la vecina Siria, las autoridades de las zonas rebeldes han hecho un llamamiento a los residentes para evacuar los edificios e ir a lugares abiertos lejos de los inmuebles, mientras los equipos de rescate buscan a las personas atrapadas bajo los escombros y dificultados por las fuertes lluvias. En esta zona se concentran varios millones de desplazados por la guerra que, en muchos casos, viven en precarias viviendas. “No hay cifras oficiales aún, pero se habla de docenas de muertos y cientos de heridos, muchos atrapados bajo los escombros”, escribió en Twitter la cuenta de los Cascos Blancos, una organización de protección civil en las zonas rebeldes. Decenas de edificios se han venido abajo y en muchas localidades se ha interrumpido el suministro eléctrico.
La agencia oficial SANA, citando a un funcionario del Ministerio de Sanidad, afirmó que según las “primeras estimaciones” se han producido al menos 111 muertos y que más de 200 personas han resultado heridas en las áreas de Alepo, Hama y Latakia bajo control del Gobierno de Damasco.
Turquía está situada en una de las zonas sísmicas más activas del mundo. El último gran sismo, conocido como el terremoto de Izmit, ocurrió el 17 de agosto de 1999 y tuvo una magnitud de 7,6 que dejó más de 17.000 muertos. En 2011, sendos terremotos en la provincia de Van, mataron a más de 700 personas. En octubre de 2020, otro terremoto de 6,9 grados causó 26 muertos y 800 heridos en la costa turca del mar Egeo y las cercanas islas griegas.
En los últimos años, Turquía había implementado medidas para mejorar la preparación y respuesta ante los desastres sísmicos, entre los que se ha incluido la construcción de edificios resistentes al terremoto, si bien no todo el parque inmobiliario ha sido sustituido. La falta de inspecciones también hace que no pocos constructores se salten las normativas.